Palabra Diaria 31 julio 2011

Nuevo día

Dejo ir el ayer. ¡Hoy es un nuevo día!

Cada noche, resuelvo dejar ir cualquier carga del día. Al soltar conscientemente el juicio, el resentimiento o la desilusión, permito que se disuelvan durante la noche. Al despertar, comienzo de nuevo con un nuevo día. Me dirijo a Dios con gratitud. ¡Estoy vivo! ¡Estoy consciente! ¡Estoy listo!

Me veo y veo a los demás en unidad con el Espíritu divino. No hay separación. No hay juicio. Sólo existe la conciencia de que hemos sido creados de la misma “esencia”, una esencia que contribuye a nuestro universo en desarrollo. Hoy —en este mismo momento— es cuando puedo experimentar la vida. Dejo ir el ayer. No me preocupo por el mañana. Disfruto la paz dulce y amorosa del ahora.

Llamó a la luz “Día”, y a las tinieblas llamó “Noche”. Y fue la tarde y la mañana del primer día.—Génesis 1:5

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