Por Rev. Roberto Sánchez
“De cierto de cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido, también os sentaréis en doce tronos…” (Mateo 19:28) Las buenas nuevas son que aunque Jesús logró Su regeneración tú también puedes lograrla si sigues la ‘Luz que es en ti’. La palabra regeneraciónsignifica: reconstrucción que hace un organismo vivo por sí mismo de sus partes perdidas o dañadas. (DRAE) Y ciertamente, si deseamos alcanzar la vida eterna tenemos que entrar en la regeneración. Jesús regeneró Su cuerpo y lo resucito por medio de la acción del Espíritu Santo. Un cuerpo que quedó desangrado y destruido por el maltrato que recibió en la cruz fue reconstruido, renovado y avivado nuevamente. Esto es lo que llamamos regeneración orgánica. Y no es necesario pasar por la experiencia que pasó Jesús para iniciarnos en la regeneración. La exhortación es “sígueme y te sentaré en el trono de tu gloria.”