“…pero una cosa hago: olvidando
ciertamente lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está por delante,
prosigo a la meta, al supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.”(Efesios 3:13-14)
“… porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios.”(Ro11:29)
1. Así como Jehová Dios les dio al pueblo de Israel los
Diez Mandamientos, Dios ha puesto en el corazón de cada uno de Sus hijos un
mandamiento.
2. Pero también Dios nos ha provisto de dones, talentos,
habilidades y destrezas para lograr cumplimiento de Su voluntad. Porque la
Palabra dice “… irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios.” Y son
irrevocables los dones en el sentido de que no se pueden dejar sin efecto; así
como tampoco se puede dejar sin efecto el llamado que Dios le hace a cada uno
de nosotros.
3. Los dones que Dios te ha dado no se pueden anular, son
tuyos para usarlos conforme al mandato o por decirlo así, al llamamiento que Él
ha puesto en nuestros corazones.