jueves, 5 de enero de 2012

La Palabra Diaria


Lunes
2 de enero del 2012

Comunidad

Soy una presencia productiva y beneficiosa en mi comunidad.

A menudo formo parte de un grupo --mi familia, mis colegas en el trabajo, las personas que viajan junto conmigo en un tren o en el metro o los vecinos en la tienda local. En cada situación, creo comunidad a medida que comparto y busco descubrir las hebras en común que nos entretejen.

Me comprometo a ser una presencia beneficiosa en mi comunidad. Trato bien a los demás y demuestro las cualidades que deseo experimentar. Al ver amor, también lo reflejo. Si veo tristeza envuelvo a las personas en oración. Cuando percibo conflicto o confusión, centro mi atención en la paz de Dios y discierno la guía divina que motiva palabras y acciones correctas. Mi sentido de comunidad es realzado cuando actúo con paz y amor.

Engrandeced a Jehová comigo y exaltemos a una su nombre.--Salmo 34:3
 
Martes
3 de enero del 2012

Aprender
 
Estoy en armonía con la inteligencia infinita.

Bien sea un estudiante que trata de comprender un libro, un empleado que aprende los requerimientos de un trabajo nuevo, o alguien que aprende a conducir un automóvil, recuerdo que sólo hay una Mente --la Mente Divina-- y esta Mente está en todo.

Lo que quiera que esté aprendiendo, el proceso es más fácil y sencillo si recuerdo que la Mente Divina me da el poder de aprender y comprender. Encuentro que aprender algo nuevo es fácil cuando me mantengo en armonía con la inteligencia infinita.

Me sobrepongo al temor y a la tensión a medida que me alineo con la Mente Divina. No pienso que soy inadecuado. El espíritu exitoso de Dios está en mí y logro mis metas en todo lo que elija aprender.

Tenemos la mente de Cristo.--1 Corintios 2:16
 
Miércoles
4 de enero del 2012

Armonía

Estoy consciente de la armonía unificante de Dios.

Cuando escucho una sinfonía, oigo una mezcla armoniosa de notas que deleita mis oídos. Resuena conmigo pacíficamente. Pero cuando una nota está fuera de lugar o un instrumento no está afinado, oigo discordancia y es desagradable.

La armonía de una sinfonía es como mi relación con Dios. Cuando estoy a tono con Dios, siento paz, porque estoy en armonía con el amor divino. Siento este amor y lo manifiesto en cada área de mi vida. Cuando mis pensamientos o circunstancias son discordantes, siento desagrado. Es un recordatorio para regresar a la armonía del amor. Al descansar en la conciencia del amor divino, siento gozo interno. Este gozo me faculta para enfrentar cada día con fortaleza y esperanza.

Sobre todo, vestíos de amor, que es el vínculo perfecto.--Colosenses 3:14
 
Jueves
5 de enero del 2012

Gozoso
Cocreo un mundo feliz.

Dotado por mi Creador con una gama completa de emociones para sentir plenamente la vida, me siento feliz o triste, emocionado o pensativo en un momento dado. También tengo la capacidad divina de vivir en gozo --una manera sencilla y jovial de estar en el mundo.

Cuando elijo sentirme gozoso, marco una pauta en las vidas de las personas a mi alrededor. Al enfrentar un ceño fruncido con una sonrisa, una queja con un cumplido, o una lágrima con una palabra de aliento, afecto las vidas de los demás, lo cual me bendice profundamente. Con cada palabra optimista y con cada sonrisa, elijo vivir en un mundo gozoso. Con el poder divino de elegir mi actitud, palabras y expresión, cocreo una vida feliz.

El corazón alegre embellece el rostro.--Proverbios 15:13

 
Viernes
6 de enero del 2012

Curación
 
La presencia sanadora del Espíritu divino llena cada célula de mi ser.

Invoco la actividad sanadora en cada célula de mi cuerpo. Al observar mi estado mental, mi actividad física y mi nutrición, identifico cualquier patrón que no apoye mi mayor bien.

Gracias a la ayuda del Espíritu divino en mí, tengo la fortaleza para dejar ir hábitos que no fomentan mi bienestar y establecer hábitos nuevos que están acorde con la perfección divina. A través del día, practico conscientemente una expectativa y una gratitud por la salud y la paz mental. Mi cuerpo y mi mente tienen el poder de restaurar, resucitar y funcionar con nueva vida, fortaleza y vitalidad. La poderosa presencia sanadora del Espíritu toca cada célula de mi ser. Soy sanado y reboso de entusiasmo por la vida.

El día que clamé, me respondiste; fortaleciste el vigor de mi alma.--Salmo 138:3

 
Sábado
7 de enero del 2012

Sencillo

Dondequiera que estoy, Dios está.

El camino hacia Dios no es largo, difícil ni complejo. Dondequiera que esté, lo que quiera que haga, hago una pausa y pongo mi conciencia en el Espíritu mismo que está en mí.

Abro mi mente al pensamiento de la Única energía creativa que aviva y une al mundo. Abro mi corazón al Único amor que es la esencia de la vida. Este amor, el amor de Dios, está en todos nosotros. Bien sea que otros juzguen momentos de mi vida como logros o fracasos, los momentos que atesoro más son aquellos cuando he sido el amor de Dios en expresión. El Espíritu es tan íntimo como una caricia y tan vasto como el espacio infinito. Estoy en paz con saber que dondequiera que estoy, Dios está.

Porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto.--Romanos 1:19
 
 
Domingo
8 de enero del 2012

Libre

No soy yo, sino el Cristo en mí quien hace la obra.

Aveces estoy tan ocupado solucionando mis problemas que descuido vincularme con el poder del Cristo morador. Calladamente y con confianza, descanso de todo esfuerzo humano y me aferro al poder del Cristo, el cual nunca se cansa ni fracasa.

El Cristo morador me libera del esfuerzo, el estrés o la lucha. La tensión se disipa cuando permito que el espíritu crístico obre en mí y por medio de mí. Mi vínculo con el poder del Cristo es fortalecido cuando descanso y soy receptivo.

Libre y sin ataduras, permito que el fluir de la energía, la guía, la inteligencia y el poder divinos obren por medio de mí. Nada depende de mí solo. Me dirijo al Cristo morador para que me ayude con todo. Al hacerlo, soy liberado.

Cristo es el todo y en todos.--Colosenses 3:11

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