Prosperidad
Vivo en un universo abundante.
Cuando Jesús tuvo el reto de alimentar a una multitud con cinco panes y dos peces, primero dio gracias y luego bendijo lo que tenía.
Al aplicar el principio espiritual ilustrado en este relato, doy gracias por el bien que he recibido y agradezco por adelantado el bien que deseo. Dios es la fuente de mi provisión y vivo en un universo abundante.
Cuando sigo el ejemplo de Jesús, utilizo sabiamente la provisión de Dios y doy generosamente. Soy alimentado por la abundancia de la tierra que me sostiene físicamente y por las enseñanzas espirituales que alimentan mi alma. Utilizo, comparto y bendigo todo lo que se me ha dado y doy gracias a Dios.
Y tomando los cinco panes y los dos peces, levantó los ojos al cielo, los bendijo, los partió … para que los pusieran delante de la gente.—Lucas 9:16
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