Claridad
Al avivar mi naturaleza crística, veo todo con claridad.
Cuando se le pidió que sanara al ciego, Jesús puso Sus manos sobre los ojos del ciego y la visión del hombre fue restaurada, mas era borrosa. Para él, las personas parecían “árboles caminando”. Cuando Jesús puso sus manos sobre él por segunda vez, el hombre pudo ver claramente.
Al dirigirme a mi interior por guía, afirmo la claridad que busco y doy gracias por anticipado por la habilidad de ver las cosas cabalmente. Avivo mi naturaleza crística para mantener mi visión íntegra. Con claridad espiritual, afirmo salud a pesar de cualquier condición física. Veo abundancia donde otras personas ven escasez. Al avivar mi naturaleza crística, veo todo con claridad.
Luego le puso otra vez las manos sobre los ojos, y le hizo que mirara; y fue restablecido, y vio de lejos y claramente a todos.—Marcos 8:25
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