Orar por otros
Afirmo resultados correctos y perfectos para todos.
Cuando deseo apoyar a otros, no puedo hacerlo si estoy enfrascado en la preocupación, la duda o el temor. En vez de permitir que mi corazón se agobie, lo abro a la sabiduría divina. Afirmo los resultados correctos y perfectos y centro mi atención en el desenvolvimiento de su mayor bien.
En el silencio sagrado, con la mente centrada en el amor divino, oro porque la gracia, la sabiduría y la fortaleza lleguen a las personas por quienes oro. Hago a un lado el problema que me ocupa e invito a que la solución se manifieste. Si están enfermas, las veo sanas. Si están agobiadas las veo consoladas. Dios obra en mí y por medio de mí al mantener a otros en oración.
Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas y que tengas salud, así como prospera tu alma.—3 Juan 1:2
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