lunes, 20 de junio de 2011

Imaginación, la clave del éxito

12 de junio del 2011

Centro de Cristianismo Práctico

Imaginación, la clave del éxito

“Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo…” (Hechos 9:3-9)

1.      Charles Fillmore nos dice: “Saulo se convirtió por una visión. Jesús se le apareció en persona y lo amonestó por su persecución de los cristianos, le informó que tenía un trabajo para que él lo hiciera y le dio instrucciones en cuanto a sus movimientos futuros.” (DPH p. 84)

2.      Y realmente fue así, esta conversión surge por una visión; y tenemos a un Saulo antes de la visión y a un Pablo, después de la visión. Estas dos personas que en realidad son una, representan más bien dos actitudes ante la vida y ante Dios.

3.      Saulo fue un perseguidor, pero Pablo fue un triunfador. Y en la vida que vivimos nos encontramos muchos Saulos, personas que se dedican a perseguir a otros para dominarlos e imponer su voluntad sobre los demás.

4.      Lamentablemente, no hay futuro en tales personas, eventualmente están destinadas a desparecer.

5.      Pero Saulo se convirtió por una visión y se transformó. Predicó, viajó y llevó a cabo el trabajo que se le encomendó, y triunfó.

6.      Lo mismo pasó con Jesús. Desde muy jovencito se visualizó como el Hijo de Dios. Esta idea se asentó de tal manera en su conciencia, que a la edad de doce años le dijo a sus padres terrenales “¿No sabías que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?” (Lucas 2:49)

7.      Y Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia para con Dios y con los hombres.” (Lucas 2:52)

8.      ¿Y cuáles son los negocios del Padre? Las actividades que Él te encomiende.

9.      Lo que el Padre quiera que tú hagas Él te lo revelará, ya sea por un sueño una visión, o por medio de un deseo profundo de tu corazón.

10. Jesús se visualizó como el Hijo de Dios. Nos dice Butterworth: “... y ese fue el gran descubrimiento… el rompimiento de esa pared de separación entre el hombre y Dios.” (DTPI p. 17)

11. No solo se visualizó, sino que se unificó de tal manera con Su propia divinidad a tal punto que dijo: “El que me ha visto a mí ha visto al Padre” (Juan 14:9)

12. Todos deseamos tener éxito en la vida. Y todos podemos tener éxito en la vida. Y nuestra imaginación es clave y desempeña un  papel importante, pues es el poder de visualizar o percibir lo que no se puede ver a simple vista, lo que Dios desea para cada uno de nosotros, lo que nuestro Cristo desea expresar.

13. Muchas personas visualizan el éxito desde una perspectiva puramente material; es llegar a ser ricos, o sobresalir profesionalmente, o vivir en una casa lujosa dentro de un vecindario exclusivo, o tener los hijos en escuelas privadas costosas y cosas así por el estilo.

14. Otros menos ambiciosos, piensan que es más importante tener éxito espiritual, si así podemos llamarlo. Sin embargo, mantienen una pobre imagen de ellos mismos, pasan la vida en miseria y la pobreza, en la enfermedad, en la desesperanza y experimentando todo tipo de limitaciones, tratando de tumbar esa pared de separación entre ellos y Dios y así frustrando su potencial espiritual. 

15.  La clave nos la dio Jesús. Tienes que visualizarte como un verdadero hijo de Dios. Y para esto tienes que trabajar con tu propia autoestima. Debes aprender a amarte como Dios te ama. Debes aprender a amar a tu prójimo como Dios los ama.

16. Debes aprender a usar la ley de no-resistencia, a perseverar y ser persuasivo.   

17. La constancia en el logro de tus metas es esencial para lograr éxito. Y así como tú te pones metas materiales, Dios pone en ti metas espirituales.

18. Y en los negocios del Padre hay muchas cosas que hacer.

19. Ahora bien, siguiendo el ejemplo de Jesús, Él no solo se vio como el Hijo de Dios; Él hizo algo adicional, actuó como el Hijo de Dios.

20. Y para actuar como un hijo de Dios se requiere valor; esto es actuar con resolución y tener la disposición de enfrentarse a los peligros.

21. Esto último lo saben muy bien los hombres de negocio exitosos. Todos han actuado con resolución y se han enfrentado a los retos y hasta la posibilidad de bancarrota.

22. Tanto Jesús, como Pablo, y los hombres de negocios exitosos, han tenido confianza en sí mismos. Y tener confianza en uno mismo es confiar en el gran poder de Dios que está dentro de cada uno de nosotros; es tener una imagen correcta de lo que somos; es visualizarnos como hijos de Dios. 

23. Todos tenemos un sueño o tal vez varios sueños. Visualizamos la realización de ese anhelo profundo de nuestro corazón. Todos queremos progresar, todos queremos vivir más, tener más, alcanzar más, soñar más.

24. Y eso no es otra cosa que Dios tratando de expresarse cada vez más en y a través de cada uno de nosotros. La vida de Dios es crecimiento, expansión, y aumento de todo bien.

25. Ahora bien, si deseas tener verdadero éxito, pon mucha atención al trabajo que Dios tiene para ti.

26. Comienza a imaginar y a visualizar eso que Dios quiere que tú hagas. Dios te lo revelará, por medio de una visión, por medio de sueños, o por medio de un intenso anhelo. Es un trabajo digno de ti.

27. Comienza a visualizar que todas las riquezas que siempre has soñado están en el Reino de Dios y que este reino está dentro de ti.

28. Más que dedicarte a acumular riquezas, dedícate a expresar ese reino de Dios que está en ti. Es un reino de alegría, de paz, de toda- suficiencia en todas las cosas, de perfección.

29. Es un reino que está en continuo crecimiento y aumento, un reino de provisión continua, donde la provisión fluye a través de ideas creativas.

30. Si no estás satisfecho con lo que has obtenido de la vida hasta el presente, cambia el enfoque, en vez de seguir mirando hacia fuera, comienza a mirar hacia adentro. Y recuerda que la vida se vive de adentro hacia afuera.

31. Realiza en ti el gran descubrimiento. Visualízate como el hijo de Dios. Y créeme, hay un poder inmenso dentro de ti que busca expresarse todos los días en tu vida.

32. Este es el poder del Dios Omnipotente que está dentro de ti. Y tuyo es el privilegio de darle expresión.    

33. Cuando el propósito de tu vida se convierte en el propósito de Dios para tu vida puedes decir como Pablo, “porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.” (Filipenses 2:13)

34. Y Dios lo transformará todo en bien. Tu vida comenzará a prosperar, tu salud mejorará, habrá una nueva y mejor unidad familiar, compartiendo en amor, amistad y verdad, y el rumbo general de tu vida cambiará y mejorará para la gloria de Dios.

35. Visualizarás tu vida y tu mundo no como parecen ser, sino como verdaderamente son. Te visualizarás como un potencial divino en movimiento expresando lo mayor y lo mejor de ti.

36. Puede que al comenzar a caminar este nuevo comino tropieces, pero te levantarás y Dios irá contigo todo el camino.  O puede ser que al principio te sientas solo, pero rápidamente sabrás que Dios está a cargo y que todo está bien.

37. Comenzarás a hacer las cosas a la manera de Dios, y rápidamente sabrás que estás haciendo las cosas de una manera que no puedes fallar. Sabrás que Dios nunca falla. No porque te lo hayan dicho, sino porque lo vivirás, será parte de tu experiencia de vida.

38. Sabrás que ha habido en ti un antes y un después.

39. De modo que te exhorto a que te visualices como un hijo de Dios; actúes como un hijo de Dios; con valor, perseverando y “olvidando ciertamente lo que quedó atrás, extendiéndote a lo que está delante de ti, prosiguiendo y cumpliendo el supremo llamamiento de Dios para tu vida.”

40. Dios te bendice ahora y siempre. Amén! 

No hay comentarios:

Publicar un comentario