miércoles, 21 de septiembre de 2011

El reino de Dios: reino de orden divino

11 de septiembre del 2011

Centro de Cristianismo Práctico

El reino de Dios: reino de orden divino

Así es el reino de Dios, como cuando un hombre echa semilla en la tierra; y duerme y se levanta, de noche y de día, y la semilla brota y crece sin que él sepa cómo, porque de por sí lleva fruto la tierra, primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga; y cuando el fruto está maduro, en seguida se mete la hoz, porque la siega ha llegado.( Marcos 4:26-29)
  1. Esta es la Parábola del crecimiento de la semilla. Jesús habló mucho acerca del reino de Dios.
  1. La idea o la Ley de crecimiento está representada con el crecimiento de la semilla. Y el crecimiento es el aumento de la actividad de vida.
  1. Sin embargo, este proceso de crecimiento de la actividad de vida tiene un fundamento espiritual y comienza cuando el hombre echa la semilla en la tierra.
  1. Esto es, para que haya crecimiento en todas las cosas que son vitales para nosotros, y todo lo que es vital para nosotros tiene vida en nosotros, tenemos que echar la semilla.
  1. Tenemos que comenzar a accionar, a hacer lo que nos toca hacer, para que comience el proceso de crecimiento.
  1. Cuando un comerciante desea comenzar un negocio nuevo, invierte su dinero. Esta inversión de dinero es como la semilla para el agricultor.
  1. Entonces dice que el hombre “duerme y se levanta, de noche y de día”. Esto es, duerme de noche y se levanta de día; que no es otra cosa que continuar haciendo sus labores cotidianas. En este caso el agricultor cuida de su siembra proveyendo el agua necesaria y los nutrientes requeridos. Luego de hacer su trabajo, al final del día se retira a descansar.
  1. El hombre de negocios se levanta todos los días y atiende diligentemente su negocio tomando las decisiones que tiene que tomar, para luego al final del día retirarse a descansar.
  1. En nuestro crecimiento en conciencia espiritual comenzamos con la oración, la meditación y el silencio. De esto salimos con nueva vitalidad y nuevas ideas.
  1. Pero mientras todo esto está ocurriendo Dios sigue obrando en el silencio y “la semilla brota y crece sin que [sepamos] cómo”.
  1. El crecimiento es un proceso dirigido por Dios que sigue un orden divino de adentro hacia fuera conforme al patrón divino que ha sido establecido.
  1. Ese patrón divino es el fundamento espiritual que sostiene todo el proceso de crecimiento.
  1. Entonces leemos “porque de por sí lleva fruto la tierra”. La tierra es sinónimo de sustancia y “la sustancia está presente en todas parte e inspira a la acción.” (LPR p.217) La substancia es la base de todo lo que se manifiesta.
  1. Por consiguiente vemos que de la tierra surge “primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga”. Nuevamente vemos aquí el orden divino en expresión.
  1. Un proceso ordenado por Dios, pues el ser humano no puede hacer esto, solo Dios puede hacerlo.
  1. ¿Y qué es la hierba? Una plantita pequeña que carece de tallo. De la hierba sale el tallo que al florecer se convierte en espiga. Cómo se da este proceso, solo Dios lo sabe.
  1. Pero sabemos que el tallo de la espiga sirve de sostén para lo próximo que ha de desenvolver; “grano lleno en la espiga.” El grano es la semilla o el fruto de lo que se ha sembrado.
  1. Nuevamente observa la rigurosidad de la ley del aumento y el crecimiento, sujeto a un estricto orden divino. Si se saltan pasos no se puede recoger el fruto esperado.
  2. Así las cosas siguiendo este patrón de crecimiento se van ajustando unas a otras siguiendo un orden.

  1. Así es la ley de la vida, está sujeta a un orden. Pablo nos dice: “… a los que aman al Señor, todas las cosas los ayudan a bien.” (Romanos 8:28) Ese orden es bien para aquellos que sirven a Dios con amor.
  1. Servirle a Dios con amor es tener a Dios en nuestro corazón especialmente cuando tratamos con los demás.
  1. Hay un refrán que dice “a su tiempo se maduran las uvas”. Mi padre utilizaba mucho ese refrán queriendo indicar que el tiempo es un factor importante en el desenvolvimiento del orden divino.
  1. “…y cuando el fruto está maduro, en seguida se mete la hoz, porque la siega ha llegado.”Este es el momento de apreciar y disfrutar del crecimiento que Dios nos ha dado, tanto en lo material como en lo espiritual.
  1. Jesús comenzó su ministerio y predicó con estas palabras “arrepentíos porque el reino de los cielos se ha acercado.” (Mateo 4:17) Utilizó muchos símbolos para describirlo, dijo el reino de los cielos es semejante a: un hombre que sembró buena semilla en su campo, al grano de mostaza, a la levadura, un tesoro escondido, a una perla preciosa, a una red.
  1. El hombre de esta parábola es Jesús, el Sembrador de la Verdad. Jesús hecha la semilla en nuestra conciencia. La semilla es la Palabra de Dios que Él predico y echó en nuestra conciencia. Esa Palabra crece en cada uno de nosotros por medio de pensamientos-semillas que se ajustan a la Verdad. Esta es la hierba.
  1. A medida que nuestra conciencia se fortalece en el reconocimiento de la Presencia de Dios y Su Verdad en nuestro ser surge la espiga. El crecimiento de nuestra fe es el tallo de la espiga.
  1. Pablo nos dice: “No nos cansemos, pues, de hacer bien, porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.” (Gálatas 6:9)
  1. A medida que perseveremos en la Verdad, siendo justos con los demás, comportándonos a la altura de un hijo de Dios nuestra mente se va transformando y nuestro cuerpo también.
  1. Y estamos listo para recoger el fruto y disfrutar de él.
  1. El Reino de Dios es nuestra conciencia crística, es la mente de Dios individualizada en cada uno de nosotros capaz de crear pensamientos afines con los pensamientos de Dios.
  1. Es eso en nosotros que nos dice que a pesar de las diferencias, en el trato con los demás, podemos aceptarnos y unirnos en amor.
  1. Nuevamente la idea divina del orden es la idea de ajuste. Y a medida que nos ajustamos unos con los otros se establece el orden, la armonía y la paz.
  1. Hace un año un nuevo ministerio de Unity comenzó aquí mismo, en este lugar donde nos encontramos.
  1. La semilla fue echada en las conciencias de las personas que estuvieron presentes ese primer día. Salimos a sembrar. “…parte de las semillas cayeron junto al camino, y vinieron las aves y la comieron. Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; pero cuando salió el sol se quemó y, como no tenía raíz, se secó. Parte cayó entre espinos, y los espinos crecieron y la ahogaron. Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, el cual a ciento… por uno. El que tenga oídos para oir, oiga.” (Mateo 13:5-9)
  1. Hoy nos encontramos aquí reunidos todos aquellos que oímos la Palabra de Dios y la entendemos y la aplicamos en nuestras vidas.
  1. Estamos todos los que no nos cansamos de hacer el bien. Pues sabemos que en el tiempo de Dios segaremos lo que hemos sembrado.
  1. El fruto que llevaremos es una nueva conciencia, una nueva manera de pensar y de actuar, conforme a la voluntad y a la justicia de Dios.
  1. Así ya no seremos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina… sino que, siguiendo la verdad en amor, [seguiremos creciendo] en Cristo.” (Efesios 4:14, 15)
  1. Seremos vencedores y más que vencedores.
  1. Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.” (Filipenses 4:8)
  1. ¡Dios les bendice!

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