Fe
Pido con fe y sé que me es dado.
No necesito pedir ni rogar a Dios para recibir lo que deseo. Sólo necesito buscar dentro de mí, vincularme con el Espíritu divino y saber con fe y gratitud que mis necesidades están siendo satisfechas.
Gracias a la oración y el silencio, comulgo con el Espíritu divino en mí. Tengo fe en que la respuesta sabia, la situación correcta y perfecta y las bendiciones abundantes están en camino hacia mí. Me preparo haciendo todo aquello que mi guía interna me inspire a hacer. Luego dejo ir y permito que todo se desenvuelva. Mi vida se desarrolla como debe, y estoy exactamente donde debo estar.
Mi fe es fortalecida al orar y dar gracias. Con plena confianza, me vinculo con mi Creador y sé que todo está bien.
Hija, tu fe te ha salvado. Vete en paz y queda sana de tu enfermedad.—Marcos 5:34
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