Prosperidad
La expectativa yace en tener fe en que algo bueno se desenvuelve, y buscar evidencia de ello. He oído la promesa: “A vuestro Padre le ha placido daros el Reino”. Dios es mi Fuente. No existe la escasez en el reino, y no hay nada que esté más allá de la bondad de Dios.
Reclamo prosperidad en todas las áreas de mi vida. Veo su evidencia en un atardecer impresionante, en un bono inesperado y en el perdón que renueva una amistad.
Mientras más presto atención, más veo que el bien se desenvuelve. Aunque otros puedan hablar de desaliento y escasez, yo espero y confío en la abundancia de Dios. Con fe, espero mi bien y lo reclamo ahora.
Por eso mi casa está firme en Dios; aunque todavía no haya hecho él florecer toda mi salvación y mi deseo.—2 Samuel 23:5
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