lunes, 14 de noviembre de 2011

Perdona y serás perdonado


“«Imposible es que no vengan tropiezos: pero…Si tu hermano peca contra ti, repréndelo; y si se arrepiente, perdónalo. Y si siete veces al día peca contra ti, y siete veces al día vuelve a ti, diciendo: “Me arrepiento”, perdónalo.»(Lucas 17:1-4)


1. En nuestras relaciones interpersonales es muy común entrar en desacuerdos y crear conflictos entre unos y otros. El ego en cada uno de nosotros reclama el trono de la razón.

2. Tomamos posiciones intransigentes y podríamos hasta insultar a otros en pro de la defensa de nuestros ideales y nuestra posición ante algún tema en particular.

3. Y como dice Jesús, “Imposible es que no vengan tropiezos” con las personas con las cuales hacemos contacto diariamente; especialmente con los miembros de nuestra familia inmediata.

4. La lengua se mueve con una rapidez asombrosa al punto que hablamos hasta sin pensar tal vez queriendo implicar que movemos la lengua más rápido que nuestros pensamientos.

5. Cuántas veces en un momento de reflexión posteriormente pensamos; ¿pero qué es lo que yo he dicho? ¿cómo pude haber dicho yo una cosa como esa?


6. Y este es un gran momento, el momento para llamar a esa o esas personas y pedirle perdón, es un gran momento dónde podemos liberar el sentimiento de culpabilidad por haber maltratado a otros.

7. Pero si alguien ha hecho algo en contra tuya y se arrepiente y viene a pedirte perdón, perdónalo. Por tu propio bien, perdónalo.

8. Ahora bien, ¿qué es perdonar? Y ¿cómo se debe perdonar? Perdonar es soltar dejar ir y olvidar. Es no tomar las cosas personalmente. Es
permitir que el amor fluya de ti a esa persona cada vez que la vez o entras en contacto con ella.

9. Y ¿cómo se debe perdonar? Si han hecho algo contra tu persona, suelta el incidente, no vuelvas a revivirlo con palabras envueltas en sentimientos de rencor, dolor y tristeza.

10. Evita expresiones tales como: “mira lo que me han hecho” o “pero no importa lo que me hayan hecho yo sé que la justicia divina se encargará…”

11. Detrás de expresiones como esas hay sentimientos de víctima, impotencia, o venganza y ninguno de ellos es bueno.

12. El perdón nos libera de la ley de causa y efecto porque aviva la ley de la gracia de Dios en cada uno de nosotros. Y la ley de la gracia divina es el amor de Dios en acción. Y el amor de Dios siempre trasciende la ley de causa y efecto.

13. Una de las acciones que demanda mayor esfuerzo para perdonar de nuestra parte es la “infidelidad” de nuestra pareja. Todos estamos expuestos a las tentaciones de la carne.

14. Pero no podemos sacrificar nuestro bienestar personal encadenándonos con sentimientos de rencor e ira hacia la persona que nos fue infiel. El perdón es la respuesta.

15. No tienes que esperar a que él o ella te pida perdón. Por tu propio bien ¡perdónalo! Tú te lo mereces y te hace bien para preservar la armonía y la paz y por ende la salud de todo el cuerpo.

16. Otro desafío que requiere nuestra atención es cuando somos víctimas de la traición; y aunque la infidelidad es un tipo de traición podemos experimentar este desafío más allá de nuestras relaciones de pareja.

17. Tomemos por ejemplo nuestras relaciones laborales. Cuántas veces no escuchamos expresiones como: “a fulano(a) no lo soporto, todo se lo dice al jefe, no se puede confiar en el.”

18. Has puesto tu confianza en algo o alguien y piensas que te han traicionado. El mejor antídoto contra la traición es hablar siempre la Verdad positivamente, y actuar correctamente; pero sobre todo
perdonar y olvidar al que te traicionó. El perdón es una gran medicina y hace bien a tus huesos.

19. Jesús fue víctima de la traición, hasta el mismo Pedro lo negó tres veces. Y Jesús lo perdonó.

20. Al soltar y dejar ir podrás continuar siendo amoroso y servicial con los demás.

21. Ahora bien, ni tú ni yo estamos exentos de cometer errores con otras personas. Digamos que juzgamos erróneamente, o faltamos a alguien.

22. Si emitimos un juicio erróneo o cometemos una falta contra alguien, no debemos quedarnos callados, ni dejar que el tiempo pase. Arrepiéntete y ponte en contacto con Dios; ve y busca a la persona afectada y pídele perdón lo más rápido posible. Ocúpate de que tu acción sea sincera y haya verdadero arrepentimiento.

23. El verdadero arrepentimiento siempre trae un cambio positivo en nuestra conciencia. Esa es nuestra parte, y es muy importante para librarnos de la conciencia acusadora que mora en nosotros.

24. La ley trabaja en todas direcciones: perdona para que seas perdonado. Nos tocara muchas veces perdonar… y que difícil es perdonar cuando nos han herido en lo más profundo de nuestro ser. Pero tienes que dar el paso por tu propio bien.

25. Tampoco podemos engañarnos a nosotros mismos diciendo “ya yo lo perdoné” y en vez de soltar el incidente o conflicto, lo que hacemos es encapsularlo en alguna parte de nuestro corazón, sabiendo muy bien que en el momento en que lo destapemos volverán a florecer el llanto, el dolor, el rencor y tal vez sentimientos de venganza

26. No podemos hacer eso, tenemos que soltar, olvidar y seguir tratando a las personas con el mismo amor, y disposición sirviéndoles como si nada hubiese ocurrido.

27. En lo que se refiere a “reprender a otros por una mala acción” Jesús nos dice: “» Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndelo estando tú y él solos; si te oye, has ganado a tu hermano. Pero si no te oye, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra.»” (Mateo 18:15-16)

28. Pero cuando se le preguntó a Jesús cuántas veces habría de perdonar “a mi hermano que peque contra mí” dijo que siempre teníamos que perdonarlo.

29. Charles Fillmore define el perdón como: “el proceso de renunciar a lo falso por lo verdadero. (LPR p.177)

30. Existen los llamados delitos de falsedad. Cada vez que te comportas de manera hipócrita estas cometiendo una falsedad, puedes estar expresando sentimientos contrarios a los que verdaderamente sientes dentro de ti. Hay en ti un sentimiento en contra o una herida no curada.

31. La medicina es reconcíliate con tu adversario, repréndelo si tienes que hacerlo y perdónalo, sin encapsular ningún tipo de enojo o venganza. Y comienza con el adversario que está dentro de ti; ese sentimiento negativo.

32. A veces somos víctimas de falso testimonio, encontramos personas muy allegadas a nosotros de repente diciendo todo tipo de falsedades a nuestras espaldas. Esto es difamación.

33. Puedes reprenderlo, pero tienes que perdonarlo, por tu propio bienestar personal, mental y espiritual. Tenemos que actuar desde el centro del amor.

34. Y cuando nos agreden físicamente, ¿tenemos el derecho de devolver la agresión? Yo pienso que el único derecho que tenemos es a perdonar.

35. Pero si todavía sientes el derecho de desquitarte, por todos los medios hazlo; desquítate ¿Cómo? Amándole, bendiciéndolo y perdonándolo. Soltándolo y dejándolo.

36. Nuevamente te digo, por tu propio bien, perdónalo, porque si no lo perdonas estarás sujeto a todo tipo de consecuencias negativas en tu mente y en tu cuerpo.

37. Sigamos el ejemplo de Jesús. Si alguien tuvo sobradas razones para desquitarse de aquellos que le hicieron mal era Jesús. Lo azotaron, le pusieron una corona de espinas y lo crucificaron. Podrías hasta decir, le devolvieron mal por bien.

38. Y a veces no hemos sentido que hemos hecho todo lo humanamente posible para hacer bien a los demás y todo lo que hemos obtenido a cambio es mal.

39. Cuando estés experimentando situaciones como esa, conéctate con Dios, comienza a perdonar todas las transgresiones que hayan podido hacer en contra tuya, no pongas ninguna resistencia suelta y deja ir.

40. Continúa con tu vida de una manera normal y ocúpate de darte en amor y en servicio a los demás. Esta es la mejor manera y realmente es la única manera porque en espíritu y en verdad el perdón abre las puertas del amor.

41. Y termino parafraseando las palabras de Pablo: el amor…. “todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser.” Pero si “no tengo amor, nada soy.” (1 Corintios 13:2)

42. ¡Dios les bendice!

No hay comentarios:

Publicar un comentario