sábado, 10 de marzo de 2012

¿Quieres ser sano?


Por Rev. Roberto Sánchez

Había un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo. Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano? (Juan 5:6)

1.      Comentaba yo hace varias semanas en la clase de los jueves, que la mayoría de las personas escriben o llaman a Silent Unity pidiendo oración por sanación o salud. 

2.      Y esto es así porque la mayoría de nosotros tenemos alguna condición en el cuerpo que tenemos que sanar. Pero el cuerpo es una proyección de la mente, o sea la mente o el alma crea el cuerpo que quiere tener. 

3.      Y la verdad es que en el alma hay muchas condiciones que tienen que sanar. Por ejemplo: el domingo pasado hablamos de que hay heridas muy profundas en nuestras almas que tenemos que sanar  y comentamos cómo el perdón es una agente catalizador en este proceso de sanación. 

4.      Jesús le pregunta a un paralítico ¿Quieres ser sano? Y esta es una gran pregunta, que tu y yo debemos preguntarnos si queremos darle un nuevo rumbo a nuestra vida.

5.      Jesús le dijo al paralítico: “– Levántate toma tu camilla y anda. Al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su camilla y anduvo.”(Juan 5:9) 

6.      El pensamiento predominante es que si padeces de alguna enfermeda del remedio es ir al médico para que te cure la enfermedad. 

 7.      Y esto está bien hasta cierto punto. Pero a todos nos llega un momento en nuestras vidas donde tenemos que reconocer que hay algo más que ir al médico. Tenemos que reconocer que existe una esencia divina, que es la parte central de lo que somos y a esta Presencia debemos escuchar. 

8.      Y esta Presencia nos dice muchas veces: ¿quieres ser sano?  Levántate y anda. Escucha el mandato, sé obediente y receptivo. “–Levántate toma tu camilla y anda.”

 9.      Pero, resulta que a muchos nos cuesta levantarnos y preferimos mantenernos acostado en la camilla; después de todo es más cómodo; ¿no es así? Es más fácil que otra persona nos cargue y haga el trabajo por nosotros.

 10. Personas como estas aunque te digan que desean ser sanas en realidad no lo desean. Están dispuestas a vivir con la condición por los “beneficios” que derivan de la misma enfermedad.      

 11. Personas como estas viven dentro del pecado porque continuamente fallan en alcanzar la Verdad y en demostrarla.
 12. Y la Verdad es que hay una perfección detrás de cada enfermedad, hay una Toda–Suficiencia en cada apariencia de escasez, y hay gozo del Señor en todo momento de tristeza. La Verdad es que hemos sido creados sanos, puros y perfectos.

 13. Y mientras no reconozcamos esta gran Verdad seguirás sirviendo al dios de la enfermedad, y ese dios te mantendrá en cautiverio por el resto de tus días. Serás su siervo y con el sudor de tu frente le servirás todos los días de tu vida.

 14. Ahora bien, hay quienes desconocen la Verdad y desean ser sanos de verdad. A estos les digo las palabras de Jesús: “Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres.”(Juan 8:32)

 15. ¿Libres de qué? La Dra. Emilie Cady contesta: Libres de enfermedad, sufrimiento, debilidad, miedo, pobreza. (CUV p. 107)

 16. Pero añade: “Alegamos saber la verdad, pero la pregunta que debemos hacernos directamente es: ¿Somos libres de lo indeseable? Y si no, ¿por qué no lo somos?” (CUV p. 107)

 17. Seamos prácticos; creemos en la Verdad pero también creemos en la mentira. Creemos en que la perfecta vida de Dios mora en el cuerpo de Cristo, que vive dentro de cada uno de nosotros, pero también creemos en la enfermedad que tenemos. Decimos: soy diabético, soy asmático, soy alcohólico, etc.

 18. Creemos en la promesas de vida eterna,  pero también creemos en la muerte. Y mientras estemos en esta dualidad estaremos toda la vida oscilando entre un polo positivo y uno negativo. Estaremos dando vueltas en un círculo vicioso que no nos conduce a ninguna parte.

 19. Y lo peor del caso es que muchos de nosotros vivimos de manera tal que nunca llegaremos a ninguna parte en nuestro crecimiento espiritual.

 20. Escrito está: “Pedid y se os dará…” (Lucas 11:9) Y en Juan 5:24 encontramos las siguientes palabras: «De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra y cree…tiene vida eterna.”»

 21. Pero a ti y a mí nos toca creer y no dar cabida en nuestra mente a ninguna otra cosa que no sea la Verdad. Y el Hijo, Cristo en nosotros, está esperando pacientemente que le reconozcamos como lo que realmente es; esa plenitud de vida, amor, y perfección en cada uno de nosotros.

 22. Entonces dentro de nosotros está el problema y la solución. Pero donde esté el enfoque de tu mente ahí estará lo que estás demostrando en tu vida y tus asuntos.

 23. Y mientras tu enfoque esté en algo menos que la Verdad entonces demostraremos escasez, enfermedad, sufrimiento, debilidad y miedo.

 24. Y mientras estemos en este estado de conciencia se nos hará muy difícil levantarnos, tomar nuestra camilla y caminar por nuestros propios pies.

 25. Pero hay algo más que tenemos que hacer si realmente deseamos ser sanos. Tenemos que hablar la palabra y la palabra es “me levantaré e iré a mi padre.” (Lucas 15:18)

 26. Si queremos ser sanos verdaderamente, todos los caminos conducen a Dios. No hay, no existe ningún otro camino que nos conduzca a la perfección en mente y cuerpo. No lo busquen por ningún otro lado porque no lo van a encontrar.

 27. Dios y solo Dios es nuestra salud. Entonces si queremos sanar todo tipo de condición tenemos que levantarnos e ir al Padre que es la Fuente de nuestra salud. Y esa Fuente está dentro de nosotros mismos.

 28. Y con seguridad y fe di la palabra de sanación, di la palabra de salvación. Porque la salvación llega por medio de la sanación. Para salvarnos tenemos que sanarnos.

 29. Y déjenme decirle que delante de todos nosotros se presentan grandes posibilidades. A medida que crecemos en conciencia espiritual, nos llegan mayores responsabilidades espirituales.

 30. Recuerda que hay faltas de omisión. Y tú y yo no nos podemos dar el lujo de pecar por omisión, o sea por haber dejado de hacer o decir algo.

 31. Nos enfocamos en la Verdad que es salud y perfección, decimos la palabra de verdad, me “levantaré e iré a mi Padre”, esto es me levantaré de esta condición de error y caminaré a la Verdad, que es vida plena y abundante. Y continuamos actuando conforme a la verdad, como seres perfectos y saludables.  

 32. Y repetimos este ciclo todos los días hasta que nos unificamos en conciencia con la única y perfecta vida que existe en todo el universo. Dios y solo Dios.

 33. Esto es curación espiritual, algo de lo que se habla mucho pero se practica poco.

 34. Si para mantener un cuerpo saludable tenemos que ingerir comidas saludables, entonces para mantener una mente saludable tenemos que apropiarnos de pensamientos saludables.

 35. Entonces tenemos que comenzar a decir y a apropiarnos de las palabras de Jesús: “–Mi comida es que se haga la voluntad del que me envió y acabe su obra.” (Juan 4:34)

 36. Y cuando verdaderamente nos apropiemos de esa comida haremos la voluntad del que nos envió.

 37. Y Su voluntad para cada uno de nosotros, especialmente los que estamos en servidumbre a la enfermedad,
sufrimiento, debilidad, miedo, pobreza es  “– Levántate toma tu camilla y anda.”

 38. Dios te bendice al conocer y hacer estas cosas. ¡Amén!

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