martes, 28 de febrero de 2012

Amando y Perdonando

www.centrodecristianismopractico.com
“Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. (Lucas 23:34)

1. Los seres humanos somos entes sociales. Nos agrupamos en comunidades y vivimos juntos laborando y relacionándonos de manera colectiva todo el tiempo.

2. Y como hemos dicho en ocasiones anteriores nuestras relaciones interpersonales desempeñan un papel importante en nuestras vidas.

3.  Todavía existe en el corazón del ser humano, la venganza, el rencor, la envidia, los celos, la crítica, la condenación y muchos otros males que nos aquejan y que de una forma u otra afectan nos solo las relaciones con los demás sino también las relaciones con nosotros mismos.

4.  Y muchas veces actuamos de maneras impulsivas, agrediendo derechos ajenos y ofendiendo a otros. Muchas personas toman estas actuaciones nuestras de manera personal y rápidamente se convierten en nuestros adversarios.


5.   Y todo esto se convierte en una bola de nieve que a medida que se mueve va creciendo cada vez más hasta que se convierte en una verdadera amenaza.

6.   Pero; ¿de dónde provienen estos sentimientos adversos o desfavorables? Todos ellos provienen del egoísmo y del error de pensar que el bien está fuera de nosotros y que tenemos que luchar para conseguir lo que es nuestro.

7.    Si echamos un vistazo a nuestra vida especialmente a nuestro pasado, veremos que hemos sido víctima de ofensas, de críticas, de rencores; pero también hemos ofendido, hemos criticado y hemos condenado.

8.  Y tenemos que tener mucho cuidado con esta manera de vivir; porque podemos encerrarnos en una cárcel donde no queremos estar, y donde el sufrimiento y la soledad son nuestros compañeros de celda.

9.  Tenemos que tratar con estos pensamientos y sentimientos de error para purificar y limpiar nuestra conciencia de manera tal que el amor, la armonía y la paz estén siempre dentro de nosotros.

10. Para lograr esto tenemos que aprender a perdonar. ¿Y qué es perdonar? Tú dirás pues, “perdonar es echar a un lado alguna ofensa que hayamos recibido de alguien.”

11. Pero también has escuchado decir o has dicho”: “yo perdono pero no olvido.” 

12. Hoy deseo hablarles un poco más del perdón y lo que se requiere de nosotros para poder perdonar.

13.   Escucha una historia que encontré en las páginas del internet: www.mensajespositivos.net/inspiraciones/acerca_del_perdon.html

14. Esta historia nos enseña que en el amor todos tenemos que perdonar y no podemos darnos el lujo de ponernos a esperar, tenemos que dar el primer paso cuando se trata de perdonar. Tenemos que actuar.

15. En mi experiencia personal, cuando he echado un vistazo a mi pasado, he encontrado que he tratado a muchas personas utilizando la regla de “ojo por ojo y diente por diente”, la ley del talión como le llaman.

16. Y me he sentido culpable de haber maltratado a mucha gente en mi vida pasada. Y estoy seguro de que muchos de ustedes se han sentido igual.

17. Y esto es parte del proceso que nos toca vivir a cada uno de nosotros en este proceso de crecimiento en conciencia espiritual. Si cada vez que pensamos en nuestro pasado nos sentimos culpables estamos condenados y encadenados a ese sentimiento.

18. Pero cuando sintamos arrepentimiento tenemos la obligación de hacer algo al respecto, y no es generando agresión y venganza contra nosotros mismos por errores cometidos en el pasado, sino algo que nos libere de esas cadenas sentimentales.

19. Y podemos liberarnos comenzando a expresar amor divino. Cada vez que venga a nuestra mente el cuadro mental en donde nos vemos maltratando lo podemos sustituir viéndonos amando a esa persona.

20. Y si te vuelves a encontrar con ella, háblale pídele perdón dale un abrazo, y exprésale amor divino. Toma la decisión de orar por algún tiempo definido por ella visualizando bienestar espiritual para esa persona y para ti mismo también.  

21. Y haciendo esto de manera deliberada, consciente y sistemáticamente, has dado un paso significativo para perdonarte a ti mismo. Es difícil perdonar a los demás cuando estás cargado de angustia y de culpas pasadas. Pero por nuestro propio bien tenemos que perdonar, soltar y dejar ir.

22. Y ¿cuántas veces debes hacer esto? Todo el tiempo; en palabras de Jesús “setenta veces siete.” (Mateo 18:22)

23. Por esto Jesús dijo que “el hombre tiene poder para perdonar” y este poder lo ejercemos sobre nosotros mismos perdonándonos primero, permitiendo que el amor divino fluya por medio de nosotros; luego pues perdonando a los demás.

24. Si hemos sido víctima de ofensa o de maltrato en el pasado y cargamos heridas muy profundas tenemos que sanar esas heridas por nuestro propio beneficio. Cada uno de nosotros merece una nueva oportunidad. Hazlo por amor, por amor a tu propio ser.

25. Y si quiero seguir progresando en mi camino espiritual debe estar en disposición de ayudarme a mi mismo.

26. Escucha el consejo que Pablo nos da al respecto: “No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres… Si es posible estad en paz con todos los hombres. No os venguéis vosotros mismos… si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed dale de beber… No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal”(Romanos 12:17-21)

27. ¿Cuál es el mensaje? El mensaje es, cambia tu manera de pensar y actuar, deja de pensar y actuar como lo hacías antes, ahora actúa desde el centro de tu amor, procurando hacer bien a los demás y olvídate de lo pasado.

28. Lo pasado ya pasó. Tienes que sanar tu propia herida, y tienes que hacerlo tú mismo por tu propio bienestar personal, mental y espiritual. Te debes a ti mismo un trato mejor.

29. Aunque es cierto que las personas se hacen cosas malas unas a otras, y a veces se nos hace difícil comprender por qué se comportan de esa manera. Muchas veces el miedo los hace actuar de manera destructiva.

30. Pero esto no quiere decir que debamos aceptar el mal comportamiento o que debamos permanecer en relaciones abusivas. Por el contrario, hacer esto no es respetarnos a nosotros mismos y ciertamente tampoco ayuda a la persona abusiva.

31. Sin embargo, no es nuestra responsabilidad tratar de cambiar a otros. Nuestra responsabilidad es dejar que Dios se encargue de esto. Y hacemos esto viendo al Cristo en la persona y amando al Cristo morador en su ser.

32. Cuando dejamos ir y dejamos a Dios actuar nos liberamos; y según perdonamos somos perdonados.

33. Tú tienes que elegir la vida que deseas vivir. No te puedes dar el lujo de seguir tomando ofensa por cualquier tontería que suceda en la circunferencia de tu existencia. Hazlo por tu bien y por tu salud.

34. Mira nuevamente la demostración y la enseñanza que nos dio el Maestro Jesús acerca del amor y el perdón, cuando desde la cruz oró por Sus perseguidores: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34).

35. Si Jesús no hubiese perdonado se hubiese mantenido en cautiverio encerrándose a si mismos con sentimientos inferiores. Pero su capacidad de amar y perdonar lo liberaron de toda atadura permitiéndole trascender como lo hizo.

36. Por supuesto, ni tú ni yo somos Jesús, pero tenemos en nosotros el mismo espíritu que se expresó a través de Él.

37. Y aunque desde nuestra percepción humana, no comprendamos por qué hemos sufrido, en algún momento veremos en retrospección que todo lo que nos ha sucedido – cada experiencia que hemos tenido, cada persona que hemos conocido – ha sido importante en el viaje de la evolución de nuestras almas. Entonces podemos parafrasear las palabras de José a sus hermanos, quienes lo vendieron a esclavitud: Vosotros pensasteis en hacerme mal, pero Dios lo encaminó a bien.

38. ¡Dios les bendice, ahora y siempre, Amén!   

No hay comentarios:

Publicar un comentario