martes, 14 de febrero de 2012

CORAZÓN AMOROSO


Afirmo: Abro mi corazón a una nueva infusión del amor sanador de Dios.


El corazón simboliza el centro del amor divino. Por medio del amor en nuestros corazones somos movidos a perdonar, a servir a otros sin reservas y a trabajar sin egoísmo para el bien de la humanidad.


El amor divino sana y bendice. En la quietud de la oración, llevo el amor de Dios a mi corazón. Si he permitido que la ofensa o el temor hayan construido una pared alrededor de mí, reúno el valor de permitir que el amor divino me llene para disipar cualquier dolor o sufrimiento. Nada puede quitarme el gozo de dar y recibir amor, nada puede obstaculizar su fluir. Un corazón lleno de amor no conoce el temor.


Soy un imán para el amor; soy un espejo que refleja el amor de Dios al mundo.


“El odio despierta rencillas, pero el amor cubre todas las faltas” (Proverbios 10:12).

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