Por Rev. Roberto Sánchez
"Jesús le dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí. Si me conocierais, también a mi Padre conocerías; y desde ahora lo conocéis y lo habéis visto. ” (Juan 14: 6-7)
"Jesús le dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí. Si me conocierais, también a mi Padre conocerías; y desde ahora lo conocéis y lo habéis visto. ” (Juan 14: 6-7)
Jesús se
encontraba compartiendo y hablando con Sus discípulos pero sus palabras eran un tanto enigmáticas y
despertaban muchas inquietudes espirituales.
Hablaba
Jesús de preparar un lugar para sus discípulos. Jesús les dijo: “Y si me voy y
os preparo lugar, vendré otra vez y os tomaré a mí mismo, para que donde yo
esté, vosotros también estéis. Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino.”
(Juan14:3,4)
En cuanto al
lugar que Jesús prepara para sus discípulos, permítanme decirles que es el
mismo lugar que Jesús prepara para aquellos que como tú y yo buscamos seguir
Sus enseñanzas y practicarlas día a día.
En cuanto al
lugar que Jesús preparó, Charles Fillmore dice: “Este lugar es una corriente
espiritual en el éter cósmico en el que vivimos, y podemos sentirlo cuando
dirigimos nuestra atención a Jesucristo en oración y meditación.” (LPR p.137)
¿Qué es el
éter? Es la substancia espiritual omnipresente que penetra en el interior de todo
el Universo tanto en el que se ve como en el que no se ve.
Esta
corriente espiritual está permanentemente en nuestra atmósfera y en oración y
meditación hacemos contacto con ella y sentimos la presencia de Jesucristo.
Este es el lugar
al que Jesús se refirió cuando dijo: “para que donde yo esté, vosotros también
estéis.”
Nuestro
contacto es a través de la oración y meditación; pero fue Jesús el que señaló
este camino. Y lo señaló para ti, para mí y para todos los seres humanos que
habitamos en este planeta.
Cuando
elevamos nuestras peticiones en oración y meditación, siempre hay un propósito
detrás. No importa si nuestras oraciones son generales o específicas, siempre
hay un propósito.
Puede que
oremos por prosperidad, o por un empleo, o sencillamente por bienestar
espiritual, pero siempre hay un propósito y una razón por la cual oramos y
meditamos.
Esto
significa que hay un trabajo que hacer, tal vez lugares a donde ir. En la
corriente de la vida cotidiana son muchos los lugares donde vamos y muchos los
trabajos que realizamos.
Igual es
cuando entramos en la corriente espiritual; son muchos los lugares a donde
vamos y muchos los trabajos que realizamos. Esto es lo que Jesús les explica a sus
discípulos cuando les dice: “Y sabéis a dónde voy y sabéis el camino.”
En nuestros
momentos de oración y meditación, ahí donde visualicemos la presencia de
Jesucristo, ahí está Él haciendo la obra, estableciendo el bien, el orden, la
armonía y la paz según Su divina
voluntad. Y si visualizamos la presencia de Jesucristo en ese lugar en espíritu
y en verdad también podemos estar junto a Él en ese momento.
Podemos
entonces comprender lo que quiso decir Jesús cuando les dijo: Y sabrán a dónde
voy y sabrán el camino.
Pero los
discípulos eran gente común como tú y yo y deseaban saber más acerca de las
cosas espirituales y por eso a la pregunta de Tomás, Jesús le contestó: “Yo soy
el camino…”
¿Qué quiso
decir Jesús con esas palabras? El camino es el YO SOY en el hombre la puerta
abierta al reino de Dios. (LPR p.30)
Y el YO SOY
es la identidad espiritual en cada individuo. (LPR p. 239) Cristo es el hombre
divino que mora en cada persona como su perfección espiritual. (LPR p. 52) YO SOY, Cristo y Jehová son lo mismo, Dios.
Cristo en
ti, es la luz verdadera que guía a todo hombre que viene al mundo. (LPR p. 52)
Por consiguiente es a través de esa luz verdadera que encontramos el camino al
Padre.
Ahora bien,
¿qué importancia tiene para cada uno de nosotros conocer estas verdades?
En primer
lugar tenemos que reconocer que en tiempo de adversidades nunca estamos solos y
siempre hay un camino. Podríamos sentirnos desamparados, o deprimidos, pero
tenemos que saber que en espíritu y en verdad nunca estamos solos y que hay un
camino señalado para cada uno de nosotros.
Y las buenas
nuevas es que tú y yo podemos conocer el camino yendo en oración y meditación a
las profundidades de nuestros ser. Ahí se nos enseñará el camino.
Algunos
sabemos el camino a seguir y otros todavía pueden estar en la búsqueda. Pero el
dicho dice que el que persevera triunfa. Y el que busca encuentra. Entonces en
ti y en mí está buscar y encontrar el camino.
Tenemos que
saber que en tiempo de adversidades, hay una perfección detrás de cada
enfermedad, una Toda-Suficiencia detrás de cada apariencia de escasez, y “gozo
del Señor” detrás de todo momento de tristeza.
La promesa es el que sigue a Cristo
manteniéndose en el camino aunque esté triste “vuestra tristeza se convertirá
en gozo.” (Juan 16:20)
Las noticias
que escuchamos a diario están llenas de reclamos por aumentos en el costo de la
vida. Se habla de una economía apretada, pero la economía no es otra cosa que
el movimiento de bienes y servicios y estos a su vez depende de la confianza
que tengan las personas.
Si la
conciencia colectiva está llena de temor e incertidumbre, todo se detiene y se
aprieta la economía. Pero tu bienestar personal comienza con tu conciencia y
con tu estado mental.
Tanto es así
que podrías fracasar en una economía floreciente, como podrías florecer en una
economía decadente. Sin embargo, la pregunta sigue siendo la misma: ¿qué camino
debo tomar?
Jesús el
Señalador del Camino nos dijo: “no hagáis tesoros en la tierra… sino haceos
tesoros en el cielo,… porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también
vuestro corazón.” (Mateo 6: 19-21)
Con esto no quiero decir que no cumplamos con
nuestras obligaciones financieras. Quiero decir que el camino que debemos
seguir es hacia Dios.
Esto implica
trabajar para Dios y servirle, así como Jesús trabajó y sirvió a Dios, a quién
llamó Su Padre. Es mantener el enfoque
en el espíritu y no en la materia. Y este es el camino que tenemos que seguir.
Ayer tuvimos
una extraordinaria charla acerca del buen manejo de nuestras finanzas
personales. Y aunque debemos manejar las finanzas personales con sabiduría,
debemos mantener siempre el enfoque en Dios.
Esto
significa que debemos seguir Su guía y Su instrucción en cuanto al manejo sabio
de las finanzas personales. A Cesar lo que es de Cesar y a Dios lo que es de
Dios.
El mundo
tiene sus propios conceptos acerca del manejo efectivo de las finanzas. Pero
Dios tiene también los suyos, y nuestra responsabilidad es estar receptivos y
obedientes a lo que Dios desea hacer con nuestras finanzas.
La ley del
aumento en todos sus aspectos tiene su fundamento en el principio del orden
divino. Todo lo que deseemos crear tiene que estar sostenido por el orden
divino y un legítimo deseo de servir incondicionalmente a la obra de Dios, aquí
en la tierra.
Nuevamente te hago la misma pregunta; ¿Qué
camino vas a seguir? La contestación está en ti. Puedes contestar desde tu
conciencia humana. Pero recuerda que lo humano en ti encierra lo divino en ti.
Puedes decir:
¡Pero hay facturas que pagar, hay deudas que saldar!; y por todos los medios
que puedas cumple con tus responsabilidades. Pero no te olvides de hacer
tesoros en el cielo.
Busca los
tesoros escondidos que yacen dentro de ti, busca expresar esas ideas divinas y
permite que éstas fluyan a través de ti trayendo bendición a tu vida y a la
vida de todos aquellos que hacen contacto contigo.
Busca hacer tesoros en el cielo, esto es deja
que tu luz brille, manteniendo la calma y la ecuanimidad en tiempos de adversidades,
pero sobre todo manteniendo la fe en que a través de mares tempestuosos Dios va
guiando tu barca.
Jesús es el
Buen Pastor, el Único y Verdadero Pastor. Guio a Sus discípulos y está
esperando por ti para guiarte. Jesús te ha señalado el camino, atrévete a creer
y a entrar en ese camino; tal vez sea una decisión trascendental en tu vida,
tal vez ahora sea uno de muchos caminos que puedas tomar en este momento de tu
vida.
Pero a
medida que pase el tiempo no tendrás muchas alternativas. Descubre y decídete a
entrar en el camino que Jesús te señala. Es el mejor camino y puedes estar
seguro que llegará un momento en tu vida en que proclames con seguridad que es el
único camino.
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