miércoles, 10 de octubre de 2012

Todo poder nace en el Silencio


Por Rev. Roberto Sánchez
“Guarda silencio ante Jehová y espera en él.”. (Salmo 37:7)  
Cuando era niño recuerdo vívidamente el retrato en la pared del hospital de la enfermera con el dedo índice frente a sus labios indicando que nos mantuviéramos en silencio. “Silencio por favor”.
Recuerdo que tenía como unos cuatro o cinco años y estaba en el hospital recuperándome de una cirugía. Mi mamá me regaló una ametralladora de juguete, y rápidamente la disparé y sonaron los disparos a todo volumen por el hospital y rápidamente me la quitaron y me dijeron que mantuviera silencio.
Crecí y durante mi adolescencia y temprana adultez vi siempre al silencio como algo que debía solicitárseme en lo externo. En momentos de quietud nunca estuve consciente de la importancia del Silencio y del poder que mora en él.
Para muchas personas el silencio es ausencia de sonido. Sin embargo, a medida que progresamos en comprensión espiritual comprendemos que el silencio es un “estado de conciencia al cual uno entra con el propósito de ponerse en contacto con la Mente Divina para que el alma pueda escuchar  “un silbo apacible y delicado” (1 R. 19:12). (LPR p. 214)

Jesús, luego de ser bautizado por Juan en el Jordán “fue llevado por el Espíritu al desierto” (Mateo 4:1) y ayunó “cuarenta días y cuarenta noches” (mateo 4:2). Es evidente que este fue un periodo de silencio, y vemos que Jesús salió fortalecido espiritualmente cuando pudo resistir todas las tentaciones del Adversario.   
A medida que paso más tiempo en oración, reconozco cada vez más que Dios mora con todo Su poder en el Silencio de mi propio ser. Ahí se concentra un poder espiritual poderosísimo.
Carlyle dijo: “Considera la importancia del Silencio: es ilimitado… indeciblemente provechoso para ti. … del Silencio viene tu fortaleza. La palabra es de plata; el silencio de oro; la palabra es humana, el silencio es divino”.
Pero hay Silencio Intelectual y Silencio Espiritual. El Silencio Intelectual  tiene su foco de atención en el intelecto. Buscamos relaciones de causa y efecto. Pensamos cómo resolver los problemas que se nos presentan en la vida cotidiana.
El foco o centro de atención es en el intelecto. Buscamos activamente ideas que podamos poner en práctica para solucionar nuestros problemas del diario vivir. La búsqueda se centra en encontrar cómo otros han resuelto problemas similares; nuestra búsqueda se centra en el conocimiento humano adquirido a través de la experiencia y la investigación científica.  
El Silencio Espiritual tiene su enfoque en Dios. Al apartarnos, podemos pronunciar y afirmar el nombre “Jesucristo”, y esto nos ayudará a establecer una atmósfera espiritual que nos conduzca a entrar a la “cámara interior” que mora en cada uno de nosotros.
Mi experiencia es que en el Silencio Espiritual no hay palabras, el lenguaje del Espíritu es silente. Pero ciertamente hay muchas personas que testifican que han escuchado la voz de Dios porque ciertamente “Él hace cosas grandes e incomprensibles, maravillosas y sin número.” (Job 9:10)
Nosotros tenemos que ir más a menudo al Silencio. Si nunca lo has hecho encontrarás que para entrar en el Silencio Espiritual tienes que traspasar el dominio del Silencio Intelectual.
Sea como sea debes entender que “Todo poder nace en el Silencio” Puede ser poder intelectual o poder espiritual. Depende de dónde esté tu enfoque. Sin embargo, el verdadero poder está en el Espíritu.
Pero la pregunta que debemos hacernos es la siguiente: ¿Con qué propósito debo ir al Silencio? O, ¿para qué invertir tiempo yendo al Silencio?
Hay muchas respuestas a esta gran pregunta. El primer y gran propósito es para ponernos en contacto con Dios y escucharlo. Esto es, un contacto consciente para escuchar…
En el Silencio callas y escuchas. Luego tendrás el poder para hablar y expresar el mensaje sin temor.
Para muchos es importante ir al Silencio para buscar guía espiritual y dirección. O sea, qué hacer, cómo hacerlo y cuándo es el momento para hacerlo.
En el Silencio Espiritual hacemos contacto con la Sabiduría Infinita y encontramos las respuestas a todas nuestras interrogantes.
A medida que aprendemos a morar en el Silencio Espiritual encontraremos paz, confianza y libertad. Se nos revelará la verdad que debemos demostrar y será impresa en nuestro intelecto. Entonces nuestro intelecto se encargará de llevarla al reino de la acción externa.
Pero sobre todo en el Silencio Espiritual nos vamos acercando cada vez más de manera consciente a Dios y cada vez vamos realizando nuestra unidad con Dios.
Del Silencio obtenemos inspiración para nuestras actividades cotidianas; se aviva el gozo y el entusiasmo por la vida.
El Silencio nos permite ir soltando nuestra consciencia humana y crecer nuestra consciencia espiritual; esta es la transformación de nuestra conciencia para pensar como Dios piensa y ver las cosas como Dios las ve.
Charles Fillmore dice: “… los problemas de la vida se arreglarían y recibirían un toque divino si el hombre dejara que el Señor llegara a sus mentes.” (CAV p. 21)
Y saben cómo Dios llega a nuestras mentes, escuchando Su voz en el Silencio.
Silent Unity hace su trabajo de oración 24/7 en el Silencio. Unity Village, es un lugar donde el Silencio predomina, pues allí muchos visitantes encuentran armonía y paz.
Pero no tienes que ir tan lejos, busca esa armonía y paz en el santuario de los santuarios, la cámara secreta que mora en ti.
¿Qué ventajas tiene ir al Silencio? Pienso que yendo al Silencio puedes comenzar a conocerte mejor a ti mismo.
Segundo, morar en el silencio periódicamente mejora tu calidad de vida. Esto le da sentido a tu vida, un significado a las cosas que haces para ti y para los demás. Esto es, mejora tu servicio viviente.
Tercero, pienso que entrando en el Silencio comenzamos a establecer un balance importante entre el mundo interior y el mundo exterior.
Esto le da a nuestra vida una dimensión más profunda, porque comenzamos a tomar en cuenta el aspecto espiritual de todo lo que nos rodea.   
Cuarto, el plan de Dios para cada uno de nosotros se nos revela con una claridad mental única.
Quinto, en el Silencio nos educamos en el conocimiento de la naturaleza de Dios. “Dios es espíritu, y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que le adoren.” (Juan 4:24)
En el Silencio encontramos las cosas que Dios ha preparado para los que le aman. Porque, “Cosas que ojo no vio ni oído oyó ni han subido al corazón del hombre, son las que Dios ha preparado para los que lo aman.” (1 Corintios 2:9)   
Ora, medita y ve al Silencio, pues ahí encontrarás el tesoro escondido. Un tesoro para tu disfrute personal, donde te sentirás avivado y enriquecido, con gozo inefable y entusiasmo por la vida.
Ahora bien, la cita bíblica que ampara este mensaje es “Guarda silencio ante Jehová y espera en él.”. (Salmo 37:7)  
¿Qué significa espera en él? Bueno, haz pedido, has buscado y has tocado la puerta. Ahora te toca esperar, para que se te dé lo que has pedido, para que encuentres lo que has buscado, y para que se te abra la puerta al llamado que haz hecho.
En el Silencio te preparas para recibir…
Amigos, es imposible vivir una vida feliz, saludable, próspera y exitosa sin contar con la Presencia de Dios en nuestras vidas.
Tú y yo necesitamos acercarnos cada día más en mente y corazón a la Presencia de Dios, y esto lo hacemos a través de la oración, la meditación y el Silencio.
Vamos en este momento a hacer un ejercicio en el Silencio. Cierra tus ojos y entra en ese lugar secreto y vamos a permanecer en un silencio total por dos minutos… pide, busca y toca, escucha “el silbo apacible y delicado” y “espera en Jehová”.
Y por esta experiencia maravillosa en el Silencio, decimos juntos gracias Dios, amén!
¡Dios les bendice!

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