miércoles, 21 de diciembre de 2011

Vida Abundante


“… porque de la abundancia del corazón habla la boca”.  (Mateo 12:34)
“Todo lo que tiene el Padre es mío”. (Juan 16:23-24,15)

    1.      El título del mensaje de hoy es Vida Abundante. Y te puedes preguntar ¿Qué es la vida? Y al igual que Calderón de la Barca contestar: “Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción; y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.”

     2.      Pero esta concepción pasa por alto el verdadero fundamento de la vida. Lo primero que tenemos que recordar es que la vida es esencialmente espiritual. La vida es la expresión del Ser y se manifiesta como ánimo, actividad y vigor.

3.      El principio de vida en cada uno de nosotros proviene de Dios y de ese núcleo espiritual en cada uno de nosotros. En Unity a ese núcleo espiritual le llamamos el Cristo Morador.

4.      En el mundo visible de las formas la vida es la energía que pone todo en acción. La vida no es inteligente por sí misma; requiere el poder directivo de una entidad (la mente) que sepa dónde y cómo aplicar su fuerza para obtener los mejores resultados. (LPR p. 234) 


5.      Dios es Mente y la Mente de Dios se individualiza en cada uno de nosotros  como la mente de Cristo.

6.      Entonces por medio de nuestra mente y de su capacidad de producir pensamientos, ‘cada pensamiento es revestido de una forma de vida según el carácter que le da quien lo piensa’. (LPR [p. 173)

7.      Así como hay cuerpo animal y cuerpo espiritual, hay también abundancia material y abundancia espiritual. Primero abundancia espiritual y luego abundancia material.

8.      La abundancia espiritual no es otra cosa que la sustancia omnipresente con infinita capacidad de expansión; y esta substancia espiritual es la provisión del hombre.

9.      Cuando mantenemos en nuestra conciencia ideas tales como: “Todo lo que tiene el Padre es mío” estamos reconociendo la abundancia espiritual de Dios  y que a su vez es el apoyo y la provisión que  Dios ha dispuesto para cada uno de nosotros.

10. Esa abundancia espiritual se condensa en la forma por medio de pensamientos y afirmaciones tales como: “Todo lo que tiene el Padre es mío…porque de la abundancia del corazón habla la boca”.

11. Reconocer que nuestra provisión viene de Dios es fundamental para demostrar una vida abundante. ‘De la abundancia del corazón habla la boca’ cuando afirma: “No solo de pan vivirá el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”.

12. Permite que Dios esté en tu boca para que te enseñe lo que has de hablar y decir. Entonces, comienza diciendo: Jehová es mi pastor y nada me faltará.

13. Existen cuatro actitudes básicas para demostrar abundancia.

14. La primera es bendícelo todo, alaba y da gracias. Entre las definiciones de bendecir encontramos que bendecir a otros es desearle prosperidad y felicidad.

15. Y cuando estamos en la conciencia de bendecir, generamos pensamientos revestidos de prosperidad y felicidad; expresándose en lo externo, en nuestras vidas y asuntos.

16. No tomes la vida por sentado; haz una lista de las bendiciones que recibes diariamente; o por lo menos piensa en cada una de ellas y da gracias a Dios. Las bendiciones pueden ser tangibles como intangibles. Pero son bendiciones como quiera que sean.

17. Puedes bendecir con anticipación; por la mañana al levantarte puedes bendecir el día que tienes por delante diciendo: “Bendigo y doy gracias por el Orden Divino que se manifiesta en este nuevo día”.

18. “Alabar con agradecimiento es una actitud que impulsa la vida”. Aviva el bien en tu vida bendiciendo todo lo que tienes, incluyendo tus dones espirituales. 

19. La segunda actitud es dar. Hazte la siguiente pregunta al levantarte todos los días: ¿Qué le voy a dar yo hoy a la vida? Visualízate dando lo mejor que hay en ti. Busca maneras de expandir tu dación. Busca nuevas maneras en que tu servicio viviente llegue cada vez a un número mayor de personas.

20. Una vez estaba compartiendo con un amigo médico reumatólogo millonario. Conociendo su talento profesional, y la organización y limpieza que exhibía en su consultorio me surgió una interrogante. Y durante la conversación bastante animada le pregunté cuántos pacientes tenía o habían pasado por su consultorio; pensó por un momento y me dijo como unos diez mil. Ciertamente una anotación como esta es de grandes ligas.

21. Este médico había logrado expandir sus servicios a una población cada vez mayor. Y así debe ser con nuestro servicio viviente.

22. Da abundantemente y sin ningún tipo de restricciones. Cada vez que damos sembramos una semilla. Podemos sembrar semillas de fe y de esperanza. Podemos sembrar semillas de amor y consuelo. Y cada semilla dará fruto ciento por uno según su género.

23. Porque todo lo que va regresa crecido y multiplicado, porque “el que siembra generosamente, generosamente segará”.

24. La tercera actitud es recibir. Es necesario dar libre y generosamente si deseamos recibir libre y generosamente. La ley de recibir incluye la ley de dar.

25. Es saber que la sustancia es omnipresente y omniactiva y que como consecuencia no podemos empobrecernos al dar. Este conocimiento nos capacita a dar con agrado porque sabemos que dando recibiremos.

26. ¡Qué será de aquellos que dan escasamente pensando que dando se empobrecen más! ¡Cuántos de nosotros hemos restringido nuestra dación al mantener este pensamiento erróneo en la mente al momento de dar!

27. Por otro lado, hay personas que piensan que es posible recibir sin dar. Y la ley no trabaja así. Hay otras personas que reciben mucho y dan poco. Y por consiguiente viven vidas desequilibradas.

28. Para que haya un verdadero equilibrio y balance en nuestras vidas tenemos que armonizar el dar con el recibir. Y nuestra conciencia es el monitor que regula estos dos aspectos de la ley.

29. Si no está recibiendo suficiente, pregúntate: ¿estoy dando suficiente?

30. La cuarta actitud es aceptar. Aceptar algo significa recibirlo voluntariamente; significa aprobar y dar por bueno.

31. Cuántas veces nos subestimamos permitiendo que pensamientos de inferioridad o complejos mal infundados oscurezcan los dones y talentos que Dios nos ha dado a cada uno de nosotros.

32. Pensamos que no tenemos talentos, o habilidades; o que no tenemos fe y esperanza o que estamos sencillamente desamparados.

33. De alguna manera, ya sea producto de la conciencia de la raza o de nuestra propia ignorancia, pasamos por alto que dentro de cada uno de nosotros están todos los dones de Dios y hasta Su misma esencia y plenitud.

34. Aquellos que todavía no han aceptado las dádivas de Dios tienen un trabajo grande que realizar. Ciertamente además de tener una vida carente de toda cosa buena tienen que apropiarse en conciencia de que vivimos en un universo de pródiga abundancia.

35. Alguien dijo: “la vida es un banquete y la mayoría de los pobres se están muriendo de hambre.”

36. Jesús dijo: “Todo lo que tiene el Padre es mío”. (Juan 16:15)Además de ser esto una gran verdad, afirmaciones como estas son las que nos ayudan a aceptar con gracia y entusiasmo las riquezas que Dios tiene preparadas para cada uno de nosotros.

37. Acepta que eres una criatura o un ser muy especial, y que dentro de ti llevas un sello que dice: “Hecho por Dios”.

38. Tu Creador que es el Creador del Universo te ha hecho completo. Así como en el Universo no hay carencia de nada, por el contrario hay abundancia en todas partes, en ti está el potencial de vida abundante.

39. Tu trabajo es descubrirlo y expresarlo. Recuerda, Dios desea expandirse a través de ti como tú.

40. Dios desea expandir su infinita abundancia a través de ti. Comienza hoy mismo a dar, a bendecir, a recibir y aceptar el bien que Dios tiene preparado para ti.

41. Permite que Dios esté en tu mente enseñándote lo que habrás de pensar, permite que Dios esté en tu boca enseñándote lo que habrás de decir, permite que Dios sea Dios a través de ti.

42. Entonces afirma,  “Jehová es mi pastor, nada me faltará”… porque “Todo lo que tiene el Padre es mío”.

43. Dios te bendice. ¡Amén!

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