Ayuda también con la conversación. Una buena palabra, una sonrisa de aliento, un pensamiento constructivo, muchas veces es el punto de partida para aquellos que nos rodean. Si observas tristeza o preocupación, procura ayudar. Si no puedes actuar, habla. Si no puedes hablar, al menos piensa firmemente deseando la felicidad y ésta cumplirá su objetivo. ¡Pero ayuda siempre! |
jueves, 2 de junio de 2011
La Palabra tiene Poder
Publicado por
Centro de Cristianismo
en
11:12 a. m.


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