Por Rev. Roberto Sánchez
www.centrodecristianismopractico.com
“Bienaventurados los íntegros de camino, los que andan en la ley de Jehová. Bienaventurados los que guardan sus testimonios y con todo el corazón lo buscan, pues no hacen maldad los que andan en sus caminos”. (Salmo 119:1-3)
www.centrodecristianismopractico.com
“Bienaventurados los íntegros de camino, los que andan en la ley de Jehová. Bienaventurados los que guardan sus testimonios y con todo el corazón lo buscan, pues no hacen maldad los que andan en sus caminos”. (Salmo 119:1-3)
En nuestra experiencia humana la vida nos ofrece infinidad de caminos.Y dentro del libre albedrio que nos ha dado Dios tú y yo tenemos que decidir qué o cuál camino vamos a tomar. Desde el momento de nuestro nacimiento entramos y nos sumergimos en la conciencia de la raza humana. Venimos a este mundo pero no somos de este mundo. Desde niños con una mente receptiva vamos adquiriendo el conocimiento del saber humano, conceptos y creencias que se van forjando nuestro carácter y nuestra personalidad.
Pero hemos venido a este mundo porque hemos decidido ser parte de él. Nacemos, crecemos, y vamos con el tiempo quemando nuestras etapas en el campo de la existencia humana. Vivencias, noticias, historias de éxitos, conquistas… Hay un mundo allá afuera y hay eventos que nos sobrecogen de una manera u otra. Vemos injusticias por doquier, nos revelamos por una causa o un ideal, y nos lanzamos a cambiar al mundo...